La DANA que se instaló el 29 de octubre de 2024 en el Levante peninsular provocó lluvias torrenciales, riadas e inundaciones catastróficas, especialmente en las provincias de Albacete, Cuenca, Málaga y, de manera más devastadora, en la provincia de Valencia. Este fenómeno meteorológico extraordinario supuso uno de los desastres naturales más graves de la historia reciente de España, con precipitaciones que superaron los 500 l/m² y caudales de ríos y ramblas que desbordaron sus cauces, arrasando poblaciones y dejando la dramática cifra de más de 200 fallecidos.

Desde el inicio de la emergencia, los servicios de bomberos de las provincias afectadas y otros operativos locales se convirtieron en la primera línea de respuesta, llevando a cabo rescate y atención ininterrumpida a las personas damnificadas. Los SPEIS de las Diputaciones de Albacete y Cuenca, el Consorcio de Bomberos de Málaga y, de forma destacada, el Consorcio de Bomberos de Valencia han trabajado con entrega y sin descanso, interviniendo en las zonas más afectadas.

La magnitud de la tragedia en la provincia de Valencia hizo imprescindible la colaboración externa. Desde los primeros momentos, diversas entidades pertenecientes a la Asociación de Consorcios y Servicios de Bomberos de España ofrecieron su ayuda al Consorcio de Bomberos de Valencia. Gracias a la eficaz coordinación de la Asociación, en las primeras 48 horas tras el desastre se desplegaron más de 150 efectivos y 50 vehículos en el terreno.

Los Consorcios de Bomberos de Almería Levante, Badajoz, Cádiz, Granada, Gran Canaria, Lanzarote, Málaga, Sevilla y Tenerife, junto al Servicio de Emergencias del Principado de Asturias, fueron los primeros en brindar apoyo y desplazar recursos, llevando a cabo tareas críticas de búsqueda, rastreo, limpieza y otras labores indispensables, siempre en coordinación con la dirección del Consorcio de Bomberos de Valencia.

Uno de los grandes valores de esta Asociación es su capacidad para establecer un marco sólido de colaboración y ayuda mutua que no solo implica el intercambio de conocimientos, sino también la optimización de recursos materiales y organizativos. Esta cooperación permite una respuesta rápida, eficiente y coordinada entre las entidades asociadas en situaciones tan críticas como esta.

Es justo destacar la entrega, profesionalidad y humanidad del personal implicado. Más allá del deber, los profesionales de los servicios de emergencias han demostrado un compromiso ejemplar en estas circunstancias tan adversas. Especialmente, el personal del Consorcio de Bomberos de Valencia y el del resto de las zonas afectadas merece nuestra admiración, reconocimiento y gratitud.

Desde estas líneas, queremos rendir homenaje a los y las profesionales que, con interminables horas de esfuerzo y sacrificio, han atendido esta catástrofe y continúan haciéndolo. Extendemos este reconocimiento al personal de administración, logística y mantenimiento, cuya labor es crucial para asegurar que la ayuda se preste con la máxima eficacia, rapidez y seguridad. Asimismo, reconocemos el papel fundamental de las direcciones de los servicios, que han liderado y gestionado realizado con la mayor eficacia, rapidez y seguridad.

El trabajo en equipo es el verdadero motor que garantiza que los Servicios de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos puedan brindar un servicio eficiente y comprometido a la ciudadanía, como ha quedado demostrado ante los catastróficos efectos de estas riadas e inundaciones.